miércoles, 12 de agosto de 2015

Los nuevos retos de la era de la información



Después de un largo e histórico día en el Consejo de Bogotá, salí con algo de afán hacia la Universidad Javeriana pensando que llegaría tarde a la primera y única clase que tengo los martes: Información y documentación.

Era 28 de julio y al llegar al salón 106 del edificio Fernando Barón me encontré, por fortuna, con que el profesor aún no iniciaba la clase, así que me senté en uno de los computadores de la segunda fila a conversar con un compañero que no veía desde el semestre anterior mientras él daba inicio al curso.

Primero hicimos una pequeña presentación: Nombre, carrera, semestre y expectativas de la clase, después se presentó él, el profesor Juan Sebastian Cobos, nos contó sobre su vida profesional, aspectos de su vida en general e incluso que iba a ser papá en los próximos días.   

Posteriormente explicó el plan y la metodología de la clase, resultó toda una sorpresa descubrir que a pesar de que esta es una materia obligatoria para estudiantes de Comunicación Social destaca entre la mayoría de ellos el desconocimiento sobre los temas ligados esta, la falta de referencias y la confusión en su aplicación en lo relativo a la vida profesional.

A partir de esto se puede plantear la pregunta: ¿Qué tanta información es necesaria para garantizar una correcta comunicación?

Años atrás en la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Pontificia Universidad Javeriana se presentó un vergonzoso inconveniente que rápidamente se volvió noticia: Un periodista y profesor renunció a su cátedra porque sus estudiantes no fueron capaces de realizar la síntesis de un texto y entregar un resumen de tres cuartillas.

El siglo XXI trajo consigo una apertura de la información impresionante, la globalización y el inicio de la sociedad de consumo además de impulsar la tecnificación de los medios de comunicación, reducir las barreras de la difusión mundial y facilitar el intercambio cultural, también produjo consecuencias negativas, entre ellas se encuentra la saturación de información como ferviente evidencia de que mayor velocidad y volumen no son precisamente sinónimos de calidad ni de pluralismo.

Vivimos en una sociedad con la cultura de la urgencia, tanto estudiantes como profesionales bajo la idea de la inmediatez no distinguen lo esencial en la información que adquieren, esto da como resultado textos con poca profundidad e investigación, descuidan los contextos, la redacción y por tanto los datos importantes.

“Los datos no son información, la información no es conocimiento.” - Clifford Stoll

Con el fin de evitar que inconvenientes de este tipo se vuelvan a repetir, determinar los pre saberes de los estudiantes y hacer más provechosa la asignatura, el profesor Sebastián Cobos realizó una encuesta con preguntas demográficas y temáticas, se preguntó sobre las herramientas de trabajo, el uso de nuevas tecnologías, estrategias de búsqueda y demás métodos relacionados con el manejo, selección y comprensión de la información.

El objetivo y el reto en esta nueva era de tecnología y rapidez es desarrollar y explotar las habilidades críticas y destrezas que le permiten a cada persona identificar la información útil de la simplificada, para esto es necesario tener claridad en las búsquedas, contrastar fuentes y finalmente seleccionar, organizar e integrar la información para producir argumentos sólidos que aporten a la construcción de conocimiento y en este caso, de la clase. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario